Acumuladores de Calor

Son equipos que tienen como misión el almacenamiento de calor entre siete y ocho horas y una restitución del mismo a lo largo del día, a medida que las necesidades de calefacción lo requieran.

Los acumuladores de calor tienen una gran difusión en los países de la Unión Europea y en America por el confort y economía que proporciona su utilización a través de las tarifas diferenciales.
Disponen de una entrada de aire por la parte inferior y una rejilla de salida por la parte superior, de forma que el aire de la habitación puede circular a través del núcleo y calentarse a su paso por el mismo.
La descarga de calor se realiza principalmente por radiación desde la superficie del aparato y, en menor medida, por la circulación del aire a través del núcleo. La salida de aire se regula variando, manual o automáticamente, la posición de una compuerta o aleta de regulación.
La utilización más adecuada es en habitaciones con necesidades permanentes de calefacción y sin aportaciones gratuitas de calor importantes.

CONSTITUIDOS POR:
Núcleo acumulador. Consiste en un conjunto de ladrillos refractarios de gran capacidad de almacenamiento de calor. La temperatura del núcleo, al final del periodo de carga, puede llegar a los 800ºC.
Resistencias eléctricas inmersas en el núcleo acumulador, que calientan el mismo, de la forma más uniforme posible, hasta la temperatura indicada. Estas resistencias son generalmente de tipo blindado.
Aislamiento térmico. Conserva el calor acumulado en el núcleo y, al mismo tiempo, impide que las temperaturas superficiales del aparato sobrepasen las permitidas por la normativa (máximo 90 º C.)
Sistemas de seguridad y control, para asegurar que la carga y descarga de calor se realizan en óptimas condiciones. El sistema de seguridad incluye un limitador térmico que impide sobrepasar la temperatura máxima del núcleo.

CARACTERÍSTICAS: